El huevo ha sido mal visto durante mucho tiempo en el ámbito alimentario. El colesterol y las grasas que contiene han sido el motivo para quitarlo de la alimentación en personas con índice elevado de colesterol, riesgo elevado de contraer accidentes cardiovasculares o simplemente para adelgazar. Y a todo ésto, la culpable es la yema que es la parte rica en grasas. La clara, por el contrario, ha jugado otro papel. Con una gran cantidad de proteínas y ausencia de grasas, ha sido considerada durante muchos años como lo mejor del huevo. Una grana aliada para los deportistas y para las dietas hiperproteicas, y claro está, para adelgazar al no contener grasas. ¿A quién no le han recomendado muchas veces una tortilla con 1 yema y 2 claras? Si hasta la venden en botellas!
Pero después de mucho tiempo, los científicos se han dado cuenta que el consumo del huevo no hace subir los niveles de colesterol y que además, en todo su conjunto, es un alimento con muchísimas propiedades! Sin embargo, aún hay reticentes a consumirlo por temor…
CÓMO COCINAR EL HUEVO
Si bien es cierto que el huevo ya es considerado un alimento saludable y con grandes propiedades, quiero hacer hincapié en la manera de consumirlo, ya que es con el tipo de cocción, más que con el alimento en sí, con la que obtendremos (o no) beneficios de este alimento.
La yema:
Está claro que si miramos la composición nutricional del huevo podemos ver que contiene colesterol y grasas. De colesterol contiene unos 200mg, pero es la forma oxidada del colesterol la que puede ser mala para el organismo. Cuando preparamos un revoltijo, una tortilla o un pastel, la yema entra en contacto con el aire y se oxida. También se oxida cuando es sometida a elevadas temperaturas! Imaginad cuando preparamos un revoltijo. Tirar la yema en la sartén con el aceite caliente provoca una rápida oxidación del colesterol. Por lo tanto, será muy importante mantenerla cruda y a poder ser, entera!
La clara:
Nos aporta básicamente proteínas, con un gran perfil de aminoácidos esenciales (los que nuestro cuerpo no puede sintetizar y que requiere de los alimentos para obtenerlos). Sin embargo, también contiene dos antinutrientes proteicos. Eso quiere decir que estos antinutrientes actúan de ladrones de las proteínas y no permiten que las absorbamos. También «nos roba» algunas vitaminas como la B2 y la B8. Un truco para desbancar a estos ladrones es cocer la clara. Cuando la cocinamos, podemos observar un cambio en el color y en la textura. Se vuelve blanca y se coagula. Es entonces que las proteínas de la clara se han desnaturalizado (siendo mucho más fácil su digestión) y los antinutrientes pierden su condición de ladrones.
Por lo tanto, la mejor forma de cocinar el huevo para conseguir una buena digestión y asimilar todos sus nutrientes es aquella en que se mantiene la yema cruda y la clara coagulada. Pero para nada, estés pensando en un huevo frito, ya que queda descartado!
Las mejores maneras de cocinar el huevo son: huevos poché, al vapor, huevo pasado por agua o al nido.
GUARNICIÓN
A parte de cocinar el huevo como hemos comentado, también se debe tener en cuenta los alimentos que lo acompañan. Es decir, no es lo mismo acompañarlo con un buen plato de verduras que con unas patatas fritas. Por muy huevo poché que sea!